El potencial que esconde el mundo universitario

29 de noviembre de 2009. En La Araucanía hay 33.648 alumnos de educación superior deambulando por 22 instituciones, entre universidades, centros de formación técnica e institutos profesionales. De ellos, 33.172 estudian en Temuco. Si se considera que la capital regional (de acuerdo al Censo del 2002) tiene 260.878 habitantes, esta comunidad representa casi el 13% de la población.

“Entre lo que el padre le destina al niño para vivir y lo que paga en promedio por la educación, esto le significa a Temuco 19 millones de dólares al mes. Yo no conozco otra actividad que tenga mayor impacto”, afirma Teodoro Ribera, rector de la Universidad Autónoma de Chile.

Viendo el crecimiento y la importancia que la educación superior ha ido cobrando en la Región, los directivos de las seis universidades más importantes de La Araucanía (de La Frontera, Católica de Temuco, Mayor, Inacap, Santo Tomás y Autónoma) decidieron relevar el quehacer de sus distintos planteles. La solución fue unirse junto a Corparaucanía en un proyecto denominado Temuco UniverCiudad.

La iniciativa fue lanzada en 2008 durante la sexta versión de Enela. A un año de este paso, el sitio web que da forma al proyecto ya está funcionando y las casas de estudio siguen trabajando para que esto dé frutos. No obstante, el sentir de los seis directivos es que el resto de la Región (sobre todo las autoridades) aún no ha tomado conciencia de los beneficios que trae contar con tantas instituciones de educación superior, y por ende, con un alto número de estudiantes que deben cubrir distintos tipos de necesidades.

Reclamo

“Tener muchas universidades y 24 mil estudiantes no nos convierte en ciudad universitaria. Nosotros podemos darle contenido, pero no convertirla”, opina José Luis Velasco, vicerrector regional de la Universidad Mayor. Esta es la base, la estructura, la forma, el inicio.

Pero, para que realmente Temuco se asocie a una ciudad donde los estudiantes son un sector importante (tal como ocurre en Concepción, por ejemplo), es necesario que la ciudad se adapte a los requerimientos de este segmento.

Teodoro Ribera plantea que deberían implementarse más ciclovías, zonas iluminadas con Internet y un sistema de transporte distinto. “Eso todavía no existe. La municipalidad debe comprometerse con la ciudad universitaria”, añade.

Parte del compromiso también debería pasar por reconocer el aporte de estas instituciones al desarrollo regional. Sergio Bravo, rector de la Universidad de La Frontera, menciona que durante años su casa de estudios ha formado a los médicos que atienden diariamente en los consultorios o a los que realizan las complejas cirugías en el Hernán Henríquez. “Pero eso nadie lo nota, la comunidad no se da cuenta de esas cosas”, dice.

Apuesta

 

El 80% de los estudiantes de los planteles regionales son locales. “La posibilidad de traer estudiantes de afuera cada vez es más difícil por un tema económico. Además en las otras regiones también se van instalando varias universidades”, afirma Bravo. Por eso, sostener el crecimiento en este sector no pasa por los habitantes de La Araucanía, sino por buscar alumnos en otros lados.

Y cuando hablan de otros lados no se refieren a Arica, Concepción o Punta Arenas. Están pensando en Nueva Zelanda, Australia, Finlandia. “Nuestra educación superior ha ido alcanzando cierta calidad, lo que nos puede llevar a aspirar a tener un intercambio con estudiantes internacionales”, sostiene Bravo.

Ribera añade que esos alumnos no sólo llegarán a la región en busca de clases de cálculo, filosofía, anatomía o historia del arte. Ellos vendrán en busca de una experiencia: “Para eso tenemos que hacer una región segura, atractiva naturalmente y multicultural”.

En ese sentido, la universidad puede convertirse en el gancho para fomentar el turismo y la proliferación de actividades culturales y de extensión.

Vinculación

Los centros de educación superior no son como las cárceles. No funcionan aislados de lo que ocurre en el resto de la sociedad. Por eso, los directivo aseguran que, pese a las críticas de que no se está formando a los profesionales en las carreras y con las competencias que los sectores productivos requieren, sí existe una vinculación con el mundo empresarial.

José Luis Franco, rector de la Universidad Santo Tomás (sede Temuco) dice que esta relación, aunque no está establecida formalmente, sí es permanente y se realiza a través de los centros de práctica. De ellos reciben la retroalimentación de qué es lo que requieren las empresas de los profesionales que se están educando.

Lo que hace Inacap es más plausible. De hecho, el slogan de la universidad es “aprender haciendo”. Claudio Venegas, vicerrector de la institución comenta que ellos imparten carreras que no se dan en otras casas de estudio, carreras mucho prácticas y vinculadas al mundo productivo. Por eso, asegura que la tasa de crecimiento de Inacap ha triplicado al resto de la educación universitaria.

El vicerrector de la Universidad Católica de Temuco Emilio Guerra cree que las relaciones son de dos. Por eso, espera que el sector privado también manifieste su inquietud por relacionarse con el mundo académico: “Los privados también tiene la responsabilidad de acercarse a las universidades. Cuando vemos esta suerte de poca vinculación, vemos que es compartida. Pero por eso nos unimos a Corparaucanía”.

Mientras ellos siguen apostando a los estudiantes como un grupo más allá de lo académico, esperan que las autoridades de a poco se vayan sumando al proyecto para transformar a Temuco no sólo en una ciudad multicultural, sino en una univerciudad.

Fuente: www.australtemuco.cl


 

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